El mundo rural, nuestro pueblo Nalda, conformado por una comunidad de 1000 habitantes necesita un desarrollo equilibrado, que mantenga los valores rurales, pero que tenga acceso a los avances de nuestra sociedad, nuevas tecnologías, comunicaciones, servicios de salud y de educación, nuevas filosofías de vida, ocio y empleo, con una especial mirada hacia la infancia y los jóvenes.
Necesitamos estar en conexión con el mundo, con otras realidades, tener siempre la ventana abierta para volar por el planeta, aumentar nuestros saberes, acoger a visitantes de otros lugares que quieran conocernos o que decidan vivir en nuestro pueblo.
Necesitamos mejorar nuestros servicios ajustándonos a cada realidad rural.
Vivir en un pueblo no tiene que ser un retroceso, sino el acceso a una mejor calidad de vida, a disfrutar de los silencios, al disfrute de todos los aportes medioambientales y de unas relaciones personales más cercanas, también al mantenimiento de los pequeños comercios, artesanos y otros sectores que dan vida a los pequeños territorios.
En los espacios rurales es más fácil equilibrar algunos tipos de desigualdades, se es más consciente de ellas, sobre todo aquellas que sitúan a algunas personas en la línea de la pobreza y la desigualdad. En los pueblos es más fácil vivir con poco, relacionarse entre todos y en ello, un eje vertebrador son las mujeres y el asociacionismo.
En nuestra asociación las mujeres tienen los cargos representativos, nuestros proyectos de empleo, formación y cuidado tienen muy presentes la desigualdad que sufren las mujeres relacionadas con todos los aspectos de su vida.